30.4.07

lloro por los vidrios rotos

La cebolla. Odio pelar y rebanar cebollas. Salpican ácido. Lo esparcen por el aire. Es como hablar con el pesimismo. Llora. La niñita tiene miedo de cortarse los dedos. La cebolla del desahogo. O del ahogado. Piltrafa el cuerpo que se anima. Agua en el hueco de la boca. Agua que se hace espesa y se calienta. Escupitajo más lagrimas. Las muñecas aprietan los ojos que no alcanzan a llorar todo el llanto. Pañal para estos ojos oportunistas. Pequeños trozos de cebolla deformes se doran, y chillan por el aceite que las baña. Chillan como babosas a la sal, como langostas. Un bostezo levanta ajíes de un rojo arrugado. Mientras, vino. Y queso en cubos. Vino, un poco más para teñir los labios y ablandar el cuero. Cebolla en derrota. Su ácido, extinguido.

1 comentario:

Zapo Aguilera dijo...

Hola! soy amigo de Miguel Martinez y el me sugirió ver tu blog.
Sinceramente me gustó lo que leí, en particular "lloro por los vidrios rotos" y la poesía de la s Habas colgadas tambien. Me gustan por que me movilizan y eso quiere decir mucho para mi.
Bien me despido, soy el Zapo Aguilera y si te interesa podes visitar mi blog, es diferente, tiene mas que ver con el humor.

callematienzo.blogspot.com

Un beso y muy bueno lo que escribis.