6.5.07

Un Espeso

Un espeso, me recuerda que los algarrobos no florecerán esta vez, como cada mañana. Que las pirañas llamaran a la puerta. Y les abriré, para que devoren mi fruta podrida. Aceite, es quien se deja tocar y no aquel que se oscurece adrede, arrojándose al fondo de un aljibe.
Necesitaré de una pluma, para agitarla sobre la piel que desconoce las escamas del desierto. De un frasco donde conservar los huesos hechos polvo.
¿Será posible entonces, rociar estas ramas con terciopelo para obsequiárselas a quien no tiene memoria?

Rayo el papel y me obligo a escupir los crucigramas que te guiarían a la profundidad, pero hay un velo que te prohíbe viajarme.

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